lunes, 10 de diciembre de 2012



EL PAPEL DE LOS DULCES EN LA DIETA
No hay que olvidar que el consumo en su justa medida de dulces es beneficioso para la salud, ya que son un aporte extra de energía, numerosos nutrientes necesarios y desde luego ayudan a elevar nuestro estado de ánimo.
Según diversos nutricionistas es posible no engordar y hasta perder peso con una dieta que permite estos deliciosos alimentos. Un nuevo concepto de dieta equilibrada que permite galletas, bollos y postres.


Recuerda Abusar De Los Dulces Es Perjudicial
  • Un exceso nos llevaría a una ganancia de peso, sobre todo si tomamos en exceso postres y dulces ricos en grasas y pobres en agua y fibras.
  • Además que elevaría el colesterol y nos haría proclives a sufrir enfermedades relacionadas con el sobrepeso y la obesidad.
  • Como referencia, nuestra dieta diaria debe aportarnos un 55% de hidratos de carbono, de esa cantidad, el 10% puede proceder de los dulces.
Los Dulces Dentro De Una Dieta Equilibrada


  • Si compras bollería hazlo en porciones envasadas de forma individual para controlar el consumo y evitar comerte todo de una sentada.

    • No es buena cualquier hora para tomarse un bollo o unas galletas. El mejor momento para tomarse unos bocados dulces es el desayuno o a lo largo de la mañana. Ya que los nutrientes que nos aporte los tenderemos a gastar con la actividad que desarrollemos a lo largo del día y por tanto no se acumulará en forma de reserva.
    • Opta por los dulces caseros. Lo sentimos mucho pero los dulces industriales poseen muchas más grasas saturadas, conservantes, colorantes, azúcares, colesterol que los caseros.
    • En las pastelerías de toda la vida puedes encontrar postres y bollos frescos que normalmente son bastante semejantes a los naturales, aun así mejor son los hechos en casa por puedes elaborarlos con grasas “sanas” (como aceite de oliva) y no con aceites de origen animal o vegetal que no son nada recomendable.
    • Tomar una ración pequeña de un dulce te ayuda a saciarte y a calmar el hambre. Nada de picotear entre horas! Si terminas la cena con 3 onzas de chocolate o una bola de helado, te quedarás agusto y saciada, así evitarás caer en la tentación de comer algo más a lo largo de la noche, por ejemplo.
    • Utiliza endulzantes naturales para reducir la ingesta de azúcar y no renunciar al sabor dulce.
      Mala Imagen

      La verdad es que la fama de los caramelos, chicles y las chuches en general es mala y existen razones reales que la avalan. En primer lugar, son muy ricas en azúcar, lo que incide en el sobrepeso y la obesidad, un problema que está alcanzando proporciones alarmantes entre los más pequeños. Por otro lado, el consumo excesivo de azúcar daña los dientes ya que, mezclada con la saliva, activa el desarrollo de los microorganismos que provocan las caries. Por otra parte, al tomar golosinas en exceso se está ocupando el lugar de otros alimentos más sanos y con mayor calidad nutritiva, de tal forma que la dieta general se ve afectada y desequilibrada, y se pueden producir carencias vitamínicas y de otros tipos. Además, tomar caramelos y gominolas a todas horas no es la mejor forma de generar hábitos alimenticios correctos, los cuales deben fomentarse desde la infancia.

      Consumo Responsable

      Cualquier dieta saludable se basa en un concepto general: la moderación. Prohibir las golosinas sin más haría la vida de los niños bastante más infeliz sin que con ello se consiguiera ninguna mejoría radical de su calidad de vida. Lejos de aconsejarlas como un elemento indispensable de la dieta (se puede vivir sin consumirlas), es justo hablar de su composición y de lo qué ofrecen al organismo.
      Su componente principal, el azúcar, resulta un enemigo de la salud si se consume sin freno, pero tomado en cantidades adecuadas es necesario y no perjudica en absoluto. Hay que recordar que la glucosa es el alimento fundamental del cerebro, aportándole la energía que precisa. Igualmente es necesaria en momentos concretos en los que el gasto energético del cuerpo es alto, como cuando se practica una actividad física fuerte superior a la normal.
      Por otro lado, variedades como las gominolas llevan gelatina que aporta proteínas sin contener prácticamente grasa. Respecto al tema del sobrepeso, hay que recordar que un caramelo o un chicle contiene 17 calorías y cinco de ellos ofrecen el mismo aporte energético que una porción individual de mermelada. Por tanto, lo que hay que evitar son los atracones frecuentes, no el hecho de comerlos de vez en cuando.
      Las golosinas y dulces no tienen por qué desaparecer de la vida de los más pequeños ni de los adultos. No está de más recordar que la atracción por el sabor dulce es una preferencia innata en el hombre (a diferencia del salado, cuya predilección es aprendida) y al hallarse escrita en nuestro código genético, resulta verdaderamente difícil no satisfacerla de vez en cuando.

      domingo, 9 de diciembre de 2012

      LA PIRÁMIDE DE LA ALIMENTACIÓN: LOS ALIMENTOS BÁSICOS
      Alimentos Básicos
      Hay muchos alimentos diferentes. Las tablas de composición de alimentos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos recogen más de 5000 productos básicos, esto es, sin contar la mayoría de los alimentos manufacturados.
      En función de su composición y sus propiedades nutricionales, los alimentos se pueden agrupar según se indica a continuación.
      Los Lácteos
      La leche y sus derivados contienen proteínas de muy alto valor biológico y constituyen la principal fuente de calcio de la dieta. Contiene una cantidad importante de grasa saturada, y por ello se recomienda a los adultos tomarlos desnatados o, al menos, semi-desnatados. Los niños en crecimiento, si no presentan obesidad o elevación del colesterol, pueden tomar los productos lácteos enteros.
      La cantidad adecuada de productos lácteos es de al menos tres raciones (vaso de leche, yogur, porción de 30g de queso) al día.
      Lácteos
      Se deben tomar tres raciones de lácteos al día
      Huevos
      Se pueden tomar hasta 4 huevos semanales
      Carnes rojas
      Una o dos veces al mes
      Carnes blancas
      Varias veces por semana
      Pescado
      3 veces por semana
      Legumbres
      Se deberían tomar legumbres cuatro o cinco días por semana
      Cereales
      • Pan y arroz integrales o pasta, diariamente
      • Se rcomienda evitar el alto consumo de repostería y cereales refinados
      Hortalizas
      • Dos platos de verdura al día
      • No se debe abusar de las patatas
      Fruta
      • 3 piezas de fruta diarias
      • 100g de frutos secos semanales
      Los Huevos
      Los huevos también contienen proteínas de muy alto valor biológico, pero su contenido muy alto en colesterol ha motivado su limitación en la dieta. El principal determinante del colesterol en la sangre es la grasa animal, pero no el colesterol de los alimentos.
      Por tanto, aunque se recomienda no abusar de su consumo, se considera que no es perjudicial tomar hasta 4 huevos semanales.
      Carnes rojas
      Engloban principalmente vaca, buey, ternera, cerdo, cordero. Las carnes rojas suelen tener una cantidad importante de grasa, hasta un 20%, especialmente los cortes del lomo, ya que las piezas de la pierna (cadera, tapa, contra, redondo, babilla, morcillo) tienen menos de un 10% de grasa. La mayor proporción de esta grasa es saturada y numerosos estudios han relacionado el consumo de estas carnes con algunos tipos de cáncer y enfermedades del corazón.
      La cantidad adecuada de carnes rojas es no más de una o dos veces al mes, especialmente si la persona tiene riego de padecer arteriosclerosis.
      Carnes blancas
      Aves: pollo, pavo. El consumo de carne blanca de pollo o pavo no se han asociado con estas enfermedades o incluso se piensa que pueden proteger de ellas, por ello se permite un consumo más liberal.
      Pueden tomarse carnes blancas varias veces por semana.
      Las Carnes
      Desde un punto de vista dietético conviene diferenciarlas en rojas y blancas:
      Los Pescados
      Los pescados se diferencian clásicamente en blancos y azules, aunque esta clasificación no sigue ninguna base científica. Lospescados blancos (merluza, pescadilla, bacalao, gallo, lenguado) tienen poca grasa (menos del 3%), mientras que los pescados azules (salmón, atún, bonito, sardinas, boquerones, jurel, palometa) tiene tienen más grasa, pudiendo llegar en el caso del salmón al 20%. Aunque no son pescados, los calamares, la sepia y el pulpo se pueden incluir entre los pescados blancos.
      El pescado es una fuente excelente de proteínas y la grasa que contienen es poliinsaturada del tipo conocido como omega-3, que disminuye el riego de padecer enfermedades de las arterias coronarias.
      Se recomienda comer pescado al menos tres veces por semana.
      Las Legumbres
      Las legumbres: judías, garbanzos, lentejas, guisantes, habas, soja, contienen hasta un 20% de proteínas por 100g de producto crudo. También tienen carbohidratos y una pequeña proporción de grasa, por lo que se pueden considerar tanto un alimento rico en proteínas como rico en carbohidratos. Las proteínas de las legumbres tienen un valor biológico inferior al de la leche, huevos, carne y pescado. La soja constituye una excepción y su proteína tiene una calidad biológica similar a la de otros alimentos de origen animal.
      Los carbohidratos de las legumbres son hidratos de carbono que se digieren y absorben lentamente el tubo digestivo (de absorción lenta) y por ello no dan lugar a elevaciones importantes de la glucemia en sangre. Además, las legumbres son una importante fuente de fibra soluble e insoluble, por lo que contribuyen mejorar el transito intestinal y a combatir el estreñimiento.
      En la dieta, las legumbres deberían ser consideradas como segundo platos o como plato único, pero no como primeros platos.
      Se deberían tomar legumbres cuatro o cinco días por semana.
      Los Cereales
      Los cereales: trigo, cebada, centeno, avena, arroz y maíz, aunque se suelen agrupar entre las féculas, tienen de un 6% a un 10% de proteínas, pero de menor valor biológico que las proteínas de las legumbres. En nuestra dieta, los cereales principales son el trigo consumido como pan, pasta o harina de repostería y el arroz.
      Siempre se ha recomendado el consumo abundante de cereales, pero estudios recientes indican un beneficio importante del consumo de pasta y cereales integrales o los productos preparados con ellos, y posiblemente un efecto perjudicial de los productos preparados con cereales refinados (pan blanco, repostería preparada con harinas blancas).
      Los productos de repostería se fabrican con harinas muy refinadas, azúcar, sal, huevos y grasas animales (manteca o mantequilla) o grasas vegetales hidrogenadas, dudosas a veces. Casi todos estos ingredientes se han relacionado, en varios estudios epidemiológicos, con mayor riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Por ello hoy se recomienda el consumo elevado de cereales integrales y evitar los cereales refinados u la repostería.
      Los cereales como pan integral, arroz integral o pasta deberían tomarse diariamente. Se recomienda evitar el consumo elevado de repostería y cereales refinados.
      Las Hortalizas
      Las hortalizas, tanto las verduras -como tomates, berenjenas, calabacín, repollo, lombarda etc.- comparten las características de ser alimentos hipocalóricos, con pocas proteínas, grasas, carbohidratos (que en su mayoría son carbohidratos complejos de absorción lenta) y fibra. Las hortalizas son una fuente importante de vitaminas, minerales y oligoelementos. El consumo de frecuente de verduras se ha asociado con menor frecuencia de trombosis cerebral y coronaria, diabetes y algunos tipos de cáncer.
      Dentro de las hortalizas también pueden incluirse las patatas. Son un alimento sin grasa, con pocas proteínas y sobre todo carbohidratos de digestión y absorción rápida. Por ello no se recomienda abusar de ellas y utilizarlas solamente como guarnición y en pequeñas cantidades.
      Se recomienda comer dos platos de verduras al día. No se debe abusar de las patatas.
      Las Frutas
      Las frutas contienen unas 40-80 kilocalorías por 100 g, no tienen grasa -con la excepción del aguacate- y pocas proteínas. Son una fuente importante de vitaminas y potasio. Su consumo también se ha asociado con menor frecuencia de trombosis cerebral y coronaria, y algunos tipos de cáncer.
      Se recomienda tomar diariamente unas tres piezas de fruta.
      Los frutos secos -almendras, avellanas, nueces, cacahuetes, anacardos, etc.- tienen hasta un 20% de proteínas, son ricos en ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, magnesio, calcio y zinc. Aunque su contenido calórico es de unas 600 kilocalorías por 100g, su consumo no se ha asociado con obesidad. Se ha comprobado su efecto protector para evitar infarto de miocardio.
      Se recomienda tomar unos 100 gramos de frutos secos a la semana.
      Las Bebidas Alcohólicas
      El consumo de cualquier cantidad de bebidas alcohólicas esta relacionado con mayor frecuencia de cirrosis hepática. Sin embrago, el consumo de una cantidad moderada de alcohol: una copa de vino en la mujer y dos copas, igualmente de vino, en el hombre, disminuyen el riesgo de infarto de miocardio. No se recomienda el consumo de alcohol por debajo de los 40 años en el hombre y de los 50 años en la mujer, pero a partir de esta edad se recomienda un consumo moderado (en las cantidades citadas). Se han atribuido efectos más beneficiosos al vino tinto, pero no está demostrado. Debe tenerse en cuenta que la cerveza tiene más calorías que otras bebidas alcohólicas, por lo que favorece la ganancia de peso.
      Dr. Gonzalo Martín Peña, Especialista en Medicina interna y Nutrición clínica

      DIETA DEPURATIVA DE FRUTAS Y VERDURAS

      La dieta depurativa de frutas y verduras es una dieta que ayuda a depurar o limpiar el organismo estableciendo un equilibrio corporal. Es un tipo de cura natural que consiste en comer diversas frutas y verduras durante tres días. No conviene prolongarla por más de este tiempo sin el consentimiento médico.
      Por ser una dieta mixta, la dieta depurativa de frutas y verduras constituye una alternativa más variada, además de ser alta en agua y rica en vitaminas y minerales, elimina toxinas del organismo y ejerce una acción diurética, aumentando la micción. Además por ser las frutas y verduras ricas en fibra, eliminan todas las impurezas del intestino.
      Es ideal para fortalecer y purificar la mayoría de órganos implicados en la digestión, tales como el hígado, riñones, vesícula, etc.

      Entre las frutas y verduras que se utilizan con frecuencia en las dietas depurativas de frutas y verduras figuran: las uvas, peras, apio, manzanas, cerezas, limones, melocotones, berro, perejil, cebollas, tomates, alcachofas y espárragos, entre otras.

      Los menús de dietas depurativas son bajos en calorías, ricos en vitaminas, minerales y fitoquímicos. Sin embargo, es importante que un médico o especialista los diseñe para conseguir mejores resultados y evitar deficiencias nutricionales.


      Menú de la dieta depurativa de frutas y verduras



      1° Día de Dieta
      • Desayuno: Zumo de manzana y yogurt
      • Media mañana: Zumo de pera y uva
      • Comida: Ensalada mixta de tomates, cebollas, lechuga y apio, aderezada con jugo de limón y una ramita de perejil / peras
      • Merienda: Yogurt
      • Cena: Calabaza al horno, yogurt
      2° Día de Dieta
      • Desayuno: Zumo de limón con azúcar integral o miel y tofu
      • Media Mañana: Zumo de uva y melocotón
      • Comida: Sopa de ajos, calabacines con zanahoria, cerezas
      • Merienda: Yogurt
      • Cena: Alcachofas a la brasa, yogurt 
      3° Día de Dieta
      • Desayuno: Zumo de uva, yogurt
      • Media Mañana: Manzana
      • Comida: Coliflor con alcachofas y patatas, naranjas al horno con aguacate, uvas
      • Merienda: Pera
      • Cena: Ensalada de apio, berros y cebolla, tortilla de espárragos, yogur.




      DIEZ ALIMENTOS PARA DORMIR MEJOR

      Así como existen comidas o bebidas que “desvelan”, algunos alimentos, por sus propiedades nutricionales, favorecen al sueño y al descanso mejor que cualquier píldora para dormir.

      Ciertos alimentos, por su composición nutritiva (y según la cantidad ingerida), tienen una acción directa sobre el sueño: afectan al sistema nervioso y favorecen la liberación de sustancias como la melatonina y la serotonina que, relacionadas con la sensación de relajación, ayudan a descansar mejor. Aquí te contamos cuáles tenés que comer para dormir bien.

      1. Bananas. Son pastillas para dormir naturales. Una inyección de melatonina y serotonina, además son ricas en magnesio, un relajante muscular.

      2. Avena. Es una de las mejores fuentes de melatonina, y por ser rica en hidratos de carbono, ayuda a liberar serotonina. Otro punto a favor: como es de lenta digestión, no interrumpe el sueño.

      3. Miel. Agregá una cucharada de miel a tu taza de leche caliente o de té. El azúcar es estimulante, pero un poco de glucosa alcanza para indicarle al cerebro que disminuya la función de la orexina, un neurotransmisor directamente relacionado con la vigilia.

      4. Leche caliente.
      Contiene triptofano, un aminoácido esencial, necesario para la formación de melatonina y serotonina, dos neurotransmisores que participan del ciclo del sueño.
      5. Pollo. Otro alimento rico en triptofano. Para incorporar una buena cantidad, combiná una porción de carne de pollo con una rodaja de pan integral a mitad del día. Vas a dormir como un bebé por la noche.

      6. Papa. Contiene hidratos de carbono, que estimulan la secreción de insulina, hormona que aumenta la disposición del triptofano para formar serotonina.

      7. Semillas de lino. Además de ser ricas en triptofano, las semillas de lino contienen ácidos grasos omega 3, que ayudan a levantar el ánimo. Agregá dos cucharadas a tus cereales o ensaladas, y vas a ir a la cama de buen humor.

      8. Almendras. Poseen buenas cantidades de triptofano y de magnesio, ambas sustancias capaces de inducir el sueño.

      9. Pan integral. Rico en vitaminas B1 y B6. Con miel, ayuda a que el triptofano llegue al cerebro, donde se convierte en serotonina y permite descansar mejor.

      10. Té de manzanilla. Entre las infusiones relajantes, la manzanilla es la preferida para ayudar a conciliar el sueño. Al igual que el tilo y la melisa, tiene un efecto sedante.

      sábado, 20 de octubre de 2012


      Sueño y dieta: alteraciones frecuentes




      En este artículo repasamos algunas de las alteraciones relacionadas con el sueño y la dieta. Por ejemplo, ¿sabías que cuando dormimos mal, comemos peor?

      1. Cuando duermes mal, comes peor
      2. ¿Por qué como peor cuando tengo ansiedad?
      3. Cuando aumenta el estrés, aumenta el peso
      4. ¿Adelgazas en vacaciones?
      5. Despierto ingieres más calorías
      6. Cuando duermes también adelgazas
        1. Cuando duermes mal, comes peor

      Picoteos. Cuando no se descansa bien, es fácil comer cosas que no nos convienen.
      Si piensas que tu tiempo es oro y que dormir significa perder el tiempo, estás en un error y acabarás viendo como tu castillo dorado se derrumba. Dormir poco o mal puede ser el origen de tus problemas con la báscula

      Cuando no descansamos adecuadamente es más difícil evitar los alimentos que no nos convienen, y cuanto más peso ganamos, más difícil es conciliar el sueño. Una mala noche puede ser la responsable de que te apetezca comer chocolate durante el día. 

      Es difícil evitar los picoteos cuando nos sentimos abatidos y agotados, pues en esos casos la comida se convierte en una forma de calmarnos y sentirnos más descansados. Pero es una falsa sensación, pues las galletas de mantequilla no pueden sustituir al sueño que has perdido, lo único que consiguen es calmar tu ansiedad a costa de ganar más kilos.

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        2. ¿Por qué como peor cuando tengo ansiedad?

      En la base del cerebro se encuentra la llave para controlar el apetito: el hipotálamo, una glándula que recibe información sobre el estado de tus reservas energéticas y activa la sensación de hambre cuando éstas disminuyen. 

      Una vez que el estómago se llena, se envían las señales de saciedad al hipotálamo para que no sigamos ingiriendo más alimentos. El hipotálamo también recibe todo tipo de informaciones relacionadas con las emociones, la afectividad, la memoria, la voluntad, que son interpretadas y codificadas en nuevos mensajes como ocurre con el caso del hambre y la saciedad. 

      Cuando el sistema funciona correctamente, las emociones no tienen por qué afectar al apetito y comemos cuando lo necesitamos realmente. Cuando aparecen problemas de origen nervioso o psicológico, el hipotálamo se desajusta y se empiezan a mezclar las señales emocionales con las de la conducta alimentaria. 

      Hay personas que ante una situación de estrés reciben señales de saciedad del hipotálamo y dejan de sentir hambre, adelgazando ante las situaciones de tensión. Otras personas (generalmente las obesas) reaccionan ante los problemas comiendo más cantidad y todo tipo de alimentos calóricos, por lo que terminan engordando. 

      En el equilibrio emocional está la clave para entender cómo puedes controlar tu apetito, por lo que sólo conseguirás adelgazar de forma permanente cuando tu vida esté organizada y hayas resuelto los problemas que te preocupan.

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        3. Cuando aumenta el estrés, aumenta el peso

      Nuestro organismo está muy bien adaptado a las condiciones de vida más duras, de ahí que cuando las cosas se ponen difíciles, se pongan en marcha mecanismos para guardar más grasas de reserva, en previsión de épocas de escasez y falta de alimentos. 

      En la vida que llevamos, afortunadamente se pasa hambre por "vocación" pues no nos faltan alimentos, pero eso no quiere decir que vivamos bien, pues pocas personas se libran de las tensiones, el estrés, la ansiedad y los nervios que caracterizan nuestra forma de vida "occidental". 

      Esta "mala vida" desencadena señales en forma de sustancias, hormonas, neurotransmisores, etc. que activan en el cerebro y algunos órganos mecanismos de defensa frente al estrés, que en la mayoría de las personas provocan un aumento de la actividad, más nerviosismo y más tensión, y por supuesto, terminan provocando insomnio o sueño de mala calidad.

      Estas reacciones más básicas provocan medidas de urgencia, como la deaumentar las reservas de grasa corporal en previsión de malas épocas. Y es que hasta hace pocas décadas, el problema más habitual de los seres humanos era el hambre o la escasez de alimentos, no los exámenes, las fechas de entrega, las prisas o las broncas con los jefes. 

      Nuestro metabolismo no tiene forma de diferenciar si la subida de adrenalina está provocada por las horas extra en el trabajo, o por una avalancha de nieve en invierno o una estampida de bisontes.

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        4. ¿Adelgazas en vacaciones?

      Hay personas que tienen problemas para mantener el peso todo el año, pero cuando llegan las vacaciones se sorprenden porque adelgazan dos o tres kilos en 15 días, justo cuando han dejado de ir al gimnasio, han dormido más horas y han comido mejor que el resto del año. 

      Si eres de ese grupo de personas, estas líneas puede que cambien tu visión de las dietas, porque tus dificultades para adelgazar pueden estar en el estrés y la falta de descanso durante el año, por lo que cuando te relajas y duermes mejor en vacaciones, te resulta más fácil recuperar tu peso.

      Curiosamente, las personas delgadas por naturaleza suelen engordar en vacaciones, cuando llevan una vida más tranquila, duermen más y comen mejor (pero no más). A este tipo de personas el estrés les hace perder peso, mientras que al grupo anterior el estrés les hace engordar. 

      Estos dos ejemplos son la clave para descubrir el problema del peso: el estrés y la falta de horas de sueño de calidad. Una vez que has identificado el enemigo, puedes solucionar tu problema con los kilos. 

      Como no puedes estar de vacaciones permanentes con la excusa de adelgazar, empieza por dormir bien cada día. Un sueño de calidad es imprescindible para que el cuerpo encuentre el equilibrio y mantenga el peso adecuado. 

      Cuando dormimos, nuestro metabolismo funciona correctamente y asimilamos mejor los alimentos, por lo que adelgazamos en el caso de que nos sobren kilos o engordamos cuando nos faltan.

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        5. Despierto ingieres más calorías

      Siesta. Después de comer te puede venir de perlas.
      Si tu problema está en que no puedes pasar más de dos horas sin probar bocado, pasar muchas horas despierto aumenta el número de calorías que ingieres

      A no ser que seas un comedor noctámbulo, el sueño te aleja de la despensa y te evita tentaciones peligrosas. Si después de comer sientes que te apetece algo, olvídate de los postres llenos de calorías y prueba a dormir la siesta, verás como cuando te despiertes, te sientes más saciado y no te apetecen los dulces. 

      Si tu problema son los picoteos antes de acostarte, piensa que tu agotado cerebro te está pidiendo glucosa para poder mantenerse despierto, basta irse a dormir antes para olvidar el helado de chocolate frente al televisor.

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        6. Cuando duermes también adelgazas

      Popularmente se cree que cuantas más horas duerme una persona, menos calorías gasta y más grasa acumula. Esta idea se basa en que siempre hemos oído que durante el sueño permanecemos inactivos y no quemamos calorías, pero esta idea es falsa, porque aun en estado de reposo, el metabolismo necesita energía para mantener las funciones más básicas

      Es el conocido metabolismo basal, que son las calorías que necesitas según tu peso, sexo, edad y constitución física. Por cada kilo de peso, se necesita entre 0,9 y 1 kilocalorías (mujeres/hombres) para mantener el metabolismo en una hora. Por lo que sólo tienes que multiplicar tu peso por 24 horas para saber cuantas calorías necesitas cada día para mantener tu cuerpo en reposo.

      Pero eso no es todo, si eres una persona de constitución atlética y estás "cachas" (tienes un porcentaje alto de masa muscular), gastas más calorías en reposo que una persona que pese lo mismo que tú, pero esté poco musculada. 

      Durante el sueño se produce la liberación de la hormona del crecimiento, necesaria para la creación de nuevos tejidos. Los niños son los que más cantidad de hormona de crecimiento generan al estar en una etapa de crecimiento muy rápido, por eso es tan importante que los niños duerman más horas que los adultos, si les faltan horas de sueño no pueden crecer adecuadamente. 

      En los adultos también se genera una pequeña cantidad de hormona de crecimiento, especialmente en las personas deportistas que tienen un gran desgaste físico y necesitan regenerar las células musculares utilizadas. 

      Los culturistas fueron los primeros en reinvindicar el derecho al sueño, y son personas que siguen unas dietas muy estrictas para reducir su porcentaje de grasa corporal y favorecer el aumento de masa muscular. Esta hormona se considera una sustancia dopante porque ha sido utilizada por sus propiedades lipolíticas y anabólicas para perder grasa y ganar músculo. 

      Con los años, todos los atletas de diferentes especialidades han encontrado en el sueño la solución a sus problemas de rendimiento. Corredoras tan delgadas como Paula Radclidffe o Marta Domínguez, confiesan con orgullo que duermen más de 12 horas al día, porque han incluido en su entrenamiento una siesta de hasta dos o tres horas.